Va a ser a cara de perro, la campaña electoral en Córdoba. Lo decimos porque todos los pronósticos, sondeos, encuestas y demás análisis demoscópicos señalan que los resultados de hace seis meses van a tener pocas variaciones. Eso es algo que no acabamos de creernos porque en estos seis meses han ocurrido muchas más cosas de las que a primera vista parece.

El grueso de la información se ha centrado en la incapacidad de los partidos -incapacidad mayor en unos casos que en otros- para alcanzar acuerdos de gobierno. Pero han ocurrido otras cosas. Se han desvelado nuevos casos de corrupción, hay nuevos investigados, hasta hace poco imputados, de mucho fuste. Hay quien ha perdido, con sus alianzas electorales, la transversalidad de que hacía gala hasta ahora y alguno ha puesto de manifiesto que rotundas afirmaciones, como apoyar a la lista más votada, quedaban en agua de borrajas. Han pasado demasiadas cosas para que todo siga igual y ya veremos lo que dicen las urnas el próximo veintiséis, aunque los llamados politólogos y los expertos en pronosticar, con una supuesta base científica, señalan que no habrá grandes sorpresas.

Formalmente hace unas horas que hemos entrado en campaña, aunque la realidad pone de manifiesto que no hemos salido de ella desde el pasado otoño y en Córdoba la cosa está al rojo vivo. Hace días, una información de ABC nos recordaba que en nuestra provincia los resultados del 20 de diciembre eran PSOE 2 diputados (149.628 votos), PP 2 diputados (141.917 votos), Podemos 1 diputado (68.541 votos), Ciudadanos 1 diputado (55.655 votos) e Izquierda Unida 0 diputados (37.564 votos). Si se confirman los augurios de que las variaciones van a ser mínimas, la coalición Juntos Podemos, sumaría -siempre según los resultado de las pasadas elecciones generales- 106.015 votos, con lo que estaría muy cerca de hacerse con un segundo escaño, que vendría a sumarse al que ya obtuvieron. Empataría a diputados con el PSOE y el PP, aunque quedaría muy lejos en votos de ambas formaciones, que se disputarán la primacía provincial sin variaciones en los diputados obtenidos, y dejaría sin escaño a Ciudadanos.

Como decíamos más arriba, estos días van a ser a cara de perro. Sobre todo, entre Unidos Podemos y Ciudadanos que es donde puede producirse un cambio porque los escaños de socialista y populares parecen, aunque se produzca cierto movimiento electoral, estar asegurados y volverán a repetir. Pero no será así entre podemitas y ciudadanitas. Eso explica que Ciudadanos haga denodados esfuerzos por señalar su papel de partido constitucional, alejado de experimentos arriesgados, defensor de las instituciones y del proceso político de la Transición y que trate de aparecer como un partido dialogante, capaz de cerrar acuerdos para la formación de gobierno. También explica lo de Podemos por sacudirse sus conexiones con Venezuela, después de que el régimen bolivariano haya explotado, no se refiera a Grecia e incluso un significado dirigente como Echenique afirme que son socialdemócratas, tratando de sacudirse la etiqueta de comunistas que les ha caído al llevar del brazo a Izquierda Unida.

Habrá que ver si Ciudadanos convence con sus argumentos y no le pasa factura su apoyo a la investidura de Sánchez. También si Podemos logra sacudirse Venezuela que, hoy por hoy, es un auténtico sambenito y no queda escorado hacia una izquierda añeja, que utiliza para camuflar una posible caída electoral. En cualquier caso, en Córdoba, lo dicho: a cara de perro.

(Publicada en ABC Córdoba el 11 de junio de 2016 en esta dirección)

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